Colores Abril 2011

Colores Abril 2011
Foto: Tom Fisher

domingo, 18 de julio de 2010

Al frio hay que darle JAZZ

En los primeros días de junio se fueron deshilando los encuentros de la segunda edición de JAZZ AL FIN, el festival internacional del género que la Fundación Inti Main de nuestra Ushuaia viene empujando desde el año pasado.
Para los que por una u otra razón estamos cerca, el evento fue casi una fiesta, y digo casi porque hay momentos en que uno debe salir del placer y tomar las responsabilidades de ser el anfitrión. También lo disfrutaron los músicos (ellos siempre disfrutan), la prensa nacional que otro año más acompañó el desarrollo de las actividades y la gente que se llegó a la Sala Niní Marshall de la Casa de la Cultura y se dejó llevar.
Dentro de una agenda jugada por lo original de las propuestas y homogénea por, les guste a todos o no, la calidad interpretativa de todos los participantes, hay perlas que destacar.
Este año, el leit motiv fue el homenaje a WALTER MALOSETTI, guitarrista eximio, compositor, maestro de músicos y con tanto camino de escenario que puede disfrazar un concierto acabado de mateada en la cocina de tu casa. En la primera noche celebró su cumpleaños número 79 tocando y todos se fueron con la sensación de haber compartido con un grande.
NIEVAS PROJECT fue la propuesta local que abrió la segunda noche, destacable por las ganas de siempre y la madurez que el grupo va tomando con el tiempo y la voz crecida de Emilia Ramunda. Luego de un interregno difícil para muchos a cargo de TRESSPASS, cerró la noche SERGIO POLI CUARTETO. Fue un lujo para el alma. Poli va por la vida de persona, haciendo lo que siente y sintiendo lo que hace y es de esos tipos con los que hablar un rato es una experiencia para recordar. Entre tanta belleza nos regaló un tema que le dedicó a su viejo y todos tuvimos la certeza que, en alguna dimensión, todavía estaban juntos arriba del escenario.
El Canal 11 acompañó la patriada el día sábado televisando gran parte de la tercera noche en la que, el color y el calor ecuatoriano de los NUAGES hizo bailar la sala. Fue YUSA, una cubana entera, la que cerró la noche. Más allá de sus habilidades con los muchos instrumentos que domina, fue su voz la que nos resonó en el adentro haciendo realidad esto de que el Jazz puede mezclarse con casi cualquier otro género y devenir en algo nuevo, inesperado y contundente, donde nadie vuelve a ser el mismo.
La última noche en Ushuaia se abrió con la presentación del Grupo del Taller de Ensambles sobre Ritmos de Jazz a cargo de un joven grande, Marcos Archetti. Músico, compositor, arreglador y maestro, llevó también este segundo año la tarea magnífica de trabajar con estudiantes de música durante el festival y plantarlos sobre el escenario para que se muestren. Creo que es la actividad más importante del festival. Algunos chicos repitieron la experiencia del año pasado y se notó cómo la continuidad da seguridad y los talentos pueden ir fluyendo y encontrándose. Sonaron hermosos y para los de arriba y para los de la platea fue un logro y un placer. Dato: el taller continúa en dos oportunidades más hasta fin de año y está abierto a todos los interesados.
LOIACONO QUINTETO fue la frutilla de la torta, y no entiendo todavía cómo una trompeta puede ser violín o piano o quejido. Un impensado cierre a cargo de este chico tan histérico y tan talentoso, MARIANO OTERO, y su grupo devino en yapa merecida.
Luego, algunos locales y otros de afuera se fueron para Río Grande y sincoparon las noches del lunes y del martes al lado del Atlántico.
Hubo también clínicas, donación de instrumentos y concierto para los alojados en la Alcaidía y una presentación especial en el Teatro del Hain para los chicos del CPA y de Salud Mental del Hospi.
Si, fue acá en Ushuaia.
Muchos no se enteraron y tendrá que ser también algo para revisar en la organización. Otros se enteraron y no importó y otros deliberadamente no quisieron apoyar. Es una lástima, porque a pulmón fue la concreción de un sueño por el trabajo sostenido de un puñadito de mujeres de acá. Algunas más conocidas, otras, gorriones obstinadas y anónimas que dibujan con lápiz los nuevos senderos de las estrellas fugaces.
Saben por qué fue de Jazz?? Porque es una metáfora de esta ciudad, de nuestro pueblo. El Jazz es fusión, de nuevos estilos, nuevas culturas con lo ya tenido y es improvisación. Las partituras, los temas, son nada más que inspiraciones para que cada uno de los músicos suelte su duende y haga. Escuchando jazz o su mezcla con otros sones, uno nunca escucha lo mismo. Uno nunca ejecuta lo mismo. El río de Heráclito ¿no? Mi vida, la suya. La nuestra.
El año que viene (roguemos que les dure la vocación) no se lo pierda y si puede lleve a sus hijos. Es una hermosa lección hacerlos ver de una sola vez placer, juego y emoción.

Por: Sandra de la Precilla
Fotos: Andrés Camacho